domingo, 20 de enero de 2013

El crecimiento de la matrícula de educación básica y el rezago educativo. Evolución reciente.



El crecimiento de la matrícula de educación básica y el rezago educativo. Evolución reciente.


El sistema educativo mexicano incorpora innumerables actividades evaluativas: el maestro evalúa al alumno, el director al maestro, el supervisor al plantel, los subsistemas estatales son evaluados por las autoridades locales, los planes de estudio por equipos técnicos, los maestros a través de la carrera magisterial, la Secretaría de Educación Pública (SEP) aplica periódicamente numerosas pruebas a alumnos y escuelas de todo el país (como se explicará más adelante), y también existen pruebas internacionales para evaluar la calidad de la educación (como el TIMSS o el PISA) en las que nuestro país participa. 

Sin embargo, hay que tener cuidado con los resultados de estas evaluaciones, porque cada una indica diagnósticos diferentes. Algunas evaluaciones dan cuenta del aumento en la cobertura, otras se refieren a la eficiencia del sistema (analizando la evolución de los índices de eficiencia terminal, deserción y reprobación, por ejemplo), otras evaluaciones miden resultados de aprendizaje (este rubro cae dentro del área de “calidad de la educación”, que recientemente se ha institucionalizado con la creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), y que sólo aborda la educación básica). 

Durante el ciclo escolar 2004-2005 se registró una matrícula de 24.6 millones de alumnos en los tres niveles que integran la enseñanza básica. Esta cifra supera en poco más de 100 mil educandos a la alcanzada en el periodo inmediato anterior, crecimiento que fue producto de la expansión de la educación preescolar al catalogarse como obligatorio este nivel educativo. De acuerdo con el Informe de Labores 2004-2005 de la Secretaria de Educación Pública, la distribución de la población inscrita en educación básica para este periodo se conformó de la siguiente manera: 16.6 por ciento inscrita en la educación preescolar, 59.5 por ciento en educación primaria y 23.9 por ciento en educación secundaria. La población en educación básica es atendida por 1 millón 072 537 maestros, en 208 mil 705 planteles educativos administrados por la Federación, los gobiernos estatales y los particulares. 

 

Rezago educativo 


El rezago no se distribuye aleatoriamente entre todos los estratos de nuestra sociedad ni es ajeno a la desigualdad de género; sino que afecta en mayor medida a las mujeres y se concentra en las poblaciones más marginadas. Es un problema de naturaleza ética y política que indica que la nación no ha cumplido con el deber de asegurar un nivel mínimo de igualdad de oportunidades educativas a todos sus integrantes. 

En 1976 el rezago estaba constituido por 16.9 millones de mexicanos mayores de 14 años que no habían terminado su educación primaria; en 1988 la cifra ascendía a 19 millones y en 1994 a 21.5 millones. El número de rezagados en el 2000 se situó entre 33 y 36 millones de jóvenes y adultos, cifra que incluye a los analfabetas y a los mayores de 14 años que no concluyeron los niveles de primaria y secundaria. 

Otra razón por la que hay rezago educativo es la relación con la productividad del país y su posibilidad de competir en los mercados internacionales, ya que afecta la preparación para el trabajo que ha alcanzado nuestra población económicamente activa (PEA). Veintiún millones de mexicanos que desarrollan actividades económicas, los cuales representan el 55% de la PEA, no han concluido los 9 grados que integran la educación básica desde 1993, y el 21.5% de dicha población no ha logrado cursar siquiera los cuatro grados de escolaridad que se consideran necesarios para adquirir lo que se conoce como alfabetización funcional (datos de la Encuesta Nacional de Educación, Capacitación y Empleo, STPS, 1997). 

Debe mencionarse asimismo la importancia de introducir a los adolescentes al uso de las tecnologías informáticas, hoy indispensables, y de reforzar la aplicación de los conocimientos que van adquiriendo (por ejemplo, promover que los recién alfabetizados ejerciten la lectura y escritura). Es de desear que la nueva administración federal, que ha anunciado una amplia acción de educación permanente, instrumente un conjunto de políticas adecuadamente articuladas entre sí, que recuperen lo mejor de las experiencias desarrolladas hasta el momento, al mismo tiempo que renueven con brío el objetivo de abatir, de veras, el actual rezago educativo de los mexicanos. 


Fuentes: 



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